Resiliencia ante el estrés
El estrés no es bueno. Todas y todos podemos comprender esto. Pero, ¿Qué sucede cuando este estado de tensión o estrés se normaliza y empieza a formar parte de nuestras vidas? ¿Qué sucede cuando la respuesta del cuerpo a situaciones de dificultad es el estrés, la tensión o lucha huida y todo esto se vuelve habitual?
El estrés crónico es un importante riesgo para la salud por ello es importante comprender el papel que el nervio vago tiene en la activación de nuestro modo de descanso y digestión. Nuestros cuerpos están preparados y adaptados para responder a situaciones de estrés y de tensión y cuando se pasa el peligro volver a su posición normal y recuperarse de eso, a un estado que llamamos de homeostasis. El problema surge cuando no se produce esta recuperación y tu cerebro interpreta continuamente sus experiencias externas como enemigos o riesgos para su existencia.
¿QUÉ LE PASA AL CUERPO CUANDO ESTÁ SOMETIDO AL ESTRÉS?
El cuerpo activa hormonas de estrés, como son la adrenalina o el cortisol. Cuando estas sustancias se mantienen en el tiempo promueven tensión alta en el organismo, propensión a la diabetes, aumento de colesterol, demasiada acidez de estómago y gases. También este elevado cortisol en sangre puede influenciar nuestro sistema inmune. Cuando este cortisol se hace crónico nuestro cuerpo está más predispuesto a diferentes tipos de inflamación en el cuerpo. Y la inflamación en el organismo puede dar lugar a una enorme variedad de síntomas en el cuerpo: cáncer, obesidad, alteraciones articulares, pérdida de masa ósea, enfermedades de tipo neurológico, depresión…
Y todo esto generado por un estado continuo de alerta extrema y estrés.
¿CÓMO ESTRESARNOS MENOS?
La clave es resetear el modo del cerebro que se encuentra en lucha-huida. Desactivar el sistéma simpático y activar el parasimpático, la llamada respuesta de «descanso y digestión». Observa que tienes en todo momento ambas respuestas en tu organismo. Sólo hay que aprender a activarlas y desactivarlas cuando es necesario.
Cuando la energia está en descanso y digestión esta se encuentra más localizada hacia adentro de uno mismo, y no tanto en lo que está sucediendo hacia afuera, activándose lo que se llama un tono vago. Se denomina «tono vago» porque activa el nervio vago. Este nervio parte desde el cerebro hacia abajo y regula todos los órganos y los trae de nuevo a un estado de equilibrio.
Asi que todas las cosas que hacemos que nos relajan. Que nos llevan de un modo de activación hacia un modo de descanso y digestión, están activando nuestro nervio vago y aumentando la actividad del sistema parasimpático.
Y esto es más fácil de hacer de lo que se piensa. Sencillamente a través de respiración lenta y profunda a través de tu abdomen. Respirando desde tu tripa, no desde tu pecho. Igualando la inhalacion y la exhalación, lo que en yoga llamamos «sama vritti» (inhalar en 6 tiempos y exhalar en 6 tiempos, por ejemplo), y posteriormente alargar la exhalación (inhalar en 6 y exhalar en 8 tiempos).
Lo único que tienes que hacer es PRACTICAR. No es nuestro hábito el practicar, pero es necesario generar conscientemente ese hábito para tu propia salud, como nos dice la Dr. Carrie Demers a través de Yoga International. Puedes acceder a mi curso de meditación y prácticas de yoga nidra y comenzar a autoregular tu estrés.
Observa a un niño pequeño, tiene su tripa relajada y expandida. Se le percibe feliz, disfrutando, él respira por su tripa…Conforme crecemos vamos comprimiendo nuestro abdomen y tendemos a respirar por nuestro pecho. Es necesario REAPRENDER para restablecer nuestra energia, nuestra alegria y nuestra despreocupación.
Observa como volviendo a esta respiración tranquila e igualada como duermes mejor, como tienes mejores digestiones, como consigues estar más tranquila/o ante tus circunstancias.