Más allá de la Montaña
Que puedas ver tu fuerza cuando estás abajo de la montaña y que puedas ver tu humildad cuando estás arriba.
Confía en la virtud del mundo y de las personas porque en la naturaleza, creamos o no, reside la gran virtud. Pero en un mundo en el que dejamos poco tiempo para observarnos y cultivarnos desde la honestidad y la claridad fácilmente predominan las tendencias primarias inconscientes más deshumanizadoras que favorecen la separación. Como decía hace poco el Dalai Lama -» ójala podamos creer que este siglo va a ser el siglo de la Paz y del Amor»-, pero todo debe comenzar por la educación. Educación con mayúsculas. Por favor, eduquemos bien; sano y consciente (*empezando por nosotr×s)
Hay un sutra que me gusta recordar de vez en cuando a mis alumn×s : «heyam dukham anagatam» (YS.2.16), permitirme que lo traduzca aquí como «reducir el dolor que está por venir». Eso implica que cada día tu práctica hacia tu mundo interno y hacia tu mundo externo debe cultivar paz, amor, fuerza y honestidad por igual. Y así desde esa montaña -que a veces subes y a veces bajas, que a veces te abruma, que a veces debora- puedas ver que realmente no existía tal cual la percibias. Que puedas ver que tu eras la Montaña en si en su globalidad, los valles, sus prados, sus cumbres. Y que, desde ahi, veas -y seas- más allá de ella.